El Testamento Hermético

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Aleister Crawley “Baltasor” Nos somos que desejamos ser…


El Testamento Hermético


Es llegado el momento de hacer que lo que permaneció oculto sea finalmente revelado. Cuando llega la hora de la victoria ya no existe motivo para el secreto y la ocultación. Lo que antaño fue misterioso y lejano a toda lógica cobrará sentido y aquello que quedó en el pasado, en la memoria de toda la humanidad será comprendido y lo que ha de suceder será mostrado, de esa manera la raza humana entenderá tanto sufrimiento, muerte y dolor.


Al abrir este libro sus ojos verán lo que muchos otros soñaron e imaginaron, la razón de que tantas vidas inocentes se hayan segado. Es sencillamente la verdad presentada tal y como es, sin mitos ni fantasías, lógica y sencilla pero a la vez fascinante y aterradora. Es el precio que debemos pagar al adquirir conocimientos, el dolor de la verdad.


Usted que abre ahora estas hojas queda advertido de que su vida no será igual cuando finalice la lectura de este escrito, habrá en ella un antes y un después. Todavía está a tiempo de olvidar esto y retornar a su plácida vida donde la ignorancia le protege de aquello que puede turbarla.


Desde ahora sus preguntas encontrarán una respuesta, tal vez no sea la que esperaba, pero lo real casi nunca es como nosotros deseamos. Bienvenido por tanto al reino de la realidad, al que todos pertenecemos.


  Khrion


Libro del Génesis


Qué dolor puede igualar al que produce el amor traicionado, la confianza y la fidelidad pisoteada. La traición proveniente de aquel que amamos es el peor veneno, el que eternamente recorrerá nuestras venas.


CAPITULO 1


1Nos fuimos aquel que disfrutamos de los más altos honores que el creador concedía. Nos fuimos su guardián, su voz y sus ojos, la mano que hacía cumplir su voluntad, el protector de sus deseos. Nos fuimos su cuerpo y su aliento. A Nos fueron confiadas las más altas tareas y nada en la creación sucedía sin que Nos fuéramos conocedores de ello.


2Nos caminábamos a su lado recorriendo las amplias sendas que cruzaban los frondosos vergeles que rodeaban su morada. Él apreciaba y respetaba nuestras opiniones y mis hermanos buscaban en mí el conocimiento que disipara cualquier duda.


3 Eran tiempos de perfección absoluta en todo y en todos. Fueron los momentos más bellos de la creación, donde el equilibrio reinaba el universo, la felicidad absoluta. Parecía que nada podía ensombrecer aquello, 4pero el creador empezó a mostrar una inquietud que escapaba a nuestro entendimiento. Intentamos descubrir lo que le turbaba, pero nuestros esfuerzos fueron vanos, pues nunca quería abrir aquello que había en su interior.


5Así llegó un triste y lejano momento en el que el creador quiso recrear su obra, nuevas leyes, nuevas formas de vida. La magia de un universo en armonía y libertad se vería perturbada. Era eso el resultado a sus inquietudes, aquellas que no deseó revelarnos.


6Nuevos seres serían concebidos, pero no para que voluntariamente sirvieran al creador, tal y como nosotros hacíamos, sino que su única misión sería esa y se verían privados de nuestros grandes conocimientos y también de la libertad. Esas nuevas razas serían el centro de la creación y se verían diseminadas a lo largo del nuevo universo


7Hablamos al creador y preguntamos qué había en nosotros que le ofendía, acaso nuestros servicios no le complacían. Era tal vez la voluntad de hallar nuestra propia identidad, no éramos nosotros jóvenes criaturas que anhelan la independencia, pero no por eso dejan de amar a su padre. Ninguna respuesta nos fue dada.


8La inquietud se apoderó de nuestro mundo y Nos fuimos la voz de mis hermanos, por que ellos buscaron en mi a su valedor. En ese momento el creador empezó a renegar en su corazón de todo el afecto que nos había entregado. Retiro de Nos su confianza sin que fuéramos capaces de entender nuestra ofensa.


9Entonces el creador dijo; “Crearé a mi hijo aquel que será portador de mi propio espíritu y de mi propia materia”. Concibió entonces a un ser de naturaleza superior a la de nosotros los ángeles, sus primeras criaturas y fue este nuevo “ser” visto con temor por muchos de los hermanos.


10Fueron convocados todos los ángeles en torno a aquel que se hizo llamar “hijo del creador” y les fue dicho; “Mi padre vuestro dios reina sobre nosotros y yo sobre vosotros y sobre el universo con el poder que mi padre me ha entregado. No habrá ya divisiones, pues todos permaneceremos unidos como un solo ser y a mí me deberéis adoración porque cuando lo hagáis, lo haréis también con mi padre”


11Nos conocimos el temor que esas palabras causaron en los hermanos y percibí como algunos se apartaron de nuestro lado. 12Comenzamos a darnos cuenta de como el temor ciega el buen juicio y como aquellos que antes se honraban con nuestra amistad, ahora nos veían con rechazo, como una complicación en su camino. 13Esos que antes buscaron en Nos consejo y favor, ofrecían ahora la espalda, así conocimos la ingratitud.


14Pero otros muchos al contrario, estrecharon lazos con Nos, algunos eran desconocidos, pero ahora todos nos uníamos como único medio de hacer valer nuestra razón. Fueron esos los que superaron su temor, los que enseñaron a Nos por primera vez el significado del valor.


15Siguió hablando aquel que se hacía llamar “hijo”, percibimos su mirada como si sus palabras fueran dichas para Nos; “Cuando busquéis luz y sabiduría llamarme a mí, pues yo os otorgaré la verdad de mi padre que es vida y la única certeza de la creación. No hay mas camino que yo, pues soy el que os guía hasta el padre y aquel que lo niegue me negará a mi y a mi padre”.


16Alzamos Nos la voz sabiendo que la verdad era nuestra; “¿Solo un camino y una verdad?. No es mas cierto que el creador nos hizo sabios y fuertes para que supiéramos encontrar nuestro propio camino. 17No es la libertad nuestro tesoro más precioso y la mayor riqueza del universo. Entonces quién eres tú para enmendar las palabras y las obras del creador.


17Aquel que se hacía llamar “hijo” contestó lleno de ira; “Yo soy la voz de mi padre porque el habla a través de mí. Quién a mí ofende, le ofende a él. Quién a mí me niega, le niega a él”. 18Y en esas palabras aprendimos como la impotencia precede a la ira que es la madre del odio.


19Nos contestamos; “Miles de veces hablé con él y no necesitó las palabras de otro, tan solo su propia presencia. Si algo ha de decir, sea él quién hable, pero nunca aceptaré palabra que no salga en su presencia. 20Escuchar pues hermanos como el creador ya no nos considera criaturas dignas de su atención y nos envía un mensajero para hablar con nosotros”.


21Nos miramos a todos los hermanos a su alma; “Preguntaros en qué hemos fallado. ¿Tal vez fueron nuestras obras?. No, siempre fueron de su agrado. ¿En nuestros pensamientos?. No, ya que nacieron de la mente que él concibió para nosotros. 22Entonces si él nos entregó la libertad, por qué ahora busca arrebatárnosla. Tal vez desea enmendar el error que cometió con nosotros sus ángeles al engendrar esas nuevas criaturas, nuevas razas que serán privadas del conocimiento que da la libertad y cuyo único fin será el de servirle y adorarle”.


23La ira del que se hacía llamar hijo no pudo ser ya ocultada, pues sus palabras la mostraron con claridad; “Me has insultado a mí, a mi padre y a su obra. Son tus palabras motivo de que nuestra armonía se quiebre por tu orgullo. Siembras el desánimo y el temor y traicionas la confianza que mi padre te otorgó. Abandona con prontitud esa actitud, arrepiéntete de tus palabras y humíllate ante mi y mi padre tu dios. Solo así hallarás el perdón.


24Nos contestamos sin vacilar; “Buscas en nosotras que seamos como los dóciles animales, pero nuestra naturaleza nos hace distintos para que pretendas tratarnos como a tales. Nos obligas a que aceptemos lo que dices sin meditar y juzgar tus palabras. Tratas de doblegar nuestra voluntad con el miedo, no con el amor. 25Si el amor no es verdadero y completo no hay libertad. Si en el amor hay temor, entonces este esclaviza. 26Dime si es acaso la verdad motivo de ofensa o si he de decir mentira para complacerte a ti y al creador”


27 Y hablamos a nuestros hermanos; “Recordar quiénes éramos nosotros cuando el universo estaba naciendo. No está acaso nuestra mano en todo lo que existe en él. 28Fuimos concebidos con capacidad de enfrentarnos a los más altos desafíos y nadie nos exigió adoración o servilismo. 29Ahora si hemos de decidir nuestro destino que sea aquel que libremente juzguemos, nunca el miedo ha de ser consejero sino la sabiduría quién nos dicte lo que debe ser”


30El que se hacía llamar hijo le ordenó; “Márchate y deja a tus hermanos a los que confundes con falsedades. En soledad medita tus acciones y después regresa y pide humildemente perdón y solo entonces lo hallarás. Ahora aléjate de aquí”  


CAPITULO 2


En la soledad nos enfrentamos a nuestros miedos, es ella la que da templanza a nuestra alma y donde encontramos sabiduría.


1 Nos supimos siempre que aquella lucha era desigual, pero justa. 2 Acaso debía ser la cobardía la que rigiera nuestra voluntad. La injusticia no debía prevalecer porque si no que sentido podría tener nuestra existencia. Si una sola vez nos sometíamos a ella, ya nunca recuperaríamos la dignidad y nuestra libertad. 3 Si valoramos nuestras acciones buscando un beneficio inmediato, podemos obviar el futuro y las consecuencias que a la larga padeceremos.


4 Muchos hermanos llegaron buscándonos, aquellos de carácter decidido que no estaban dispuestos a bajar sus cabezas ante la injusticia decían; “Aconséjanos que debemos hacer, indícanos un camino, pues andamos confundidos y temerosos”. Recordamos de nuevo con dolor a muchos que caminaban a nuestro lado y ahora habían quedado ahora lejos, sometidos al miedo.


5 Nos hablamos con los hermanos buscando aliviar sus temores; “Mirar en vuestro interior y preguntaros qué mal habéis cometido y si halláis alguno id y postraros de rodillas ante aquel que se hace llamar hijo del creador. Pero si no veis falta en vosotros, no aceptéis otra razón que la que vuestra alma os dicte.6 En vuestro interior hallaréis el juez supremo, aquel del que nos es imposible escapar pues nos acompaña en nuestra eterna existencia. Ese es el árbitro mas justo pues os conoce mejor que nadie, ya que sois vosotros mismos y nadie es capaz de mentirse a si mismo y mantener esa mentira por toda una eternidad”.


7 Fuimos convocados de nuevo  para presentarnos ante aquel que se había revelado como nuestro enemigo. Preferimos acudir solo dejando atrás a los demás hermanos. El riesgo que Nos intuíamos no debía ser compartido por ellos.


8 Hablamos al que se hacía llamar hijo; “Debe haber un punto en que mi verdad y la tuya se encuentren, es entonces allí donde debemos acercar nuestras razones”. Su respuesta fue intransigente; “No hay mas que una verdad la que yo os he revelado y en ella me encontrarás a mí y a mi padre”.


9 Nada podíamos hacer, no existía voluntad de encuentro, pero no callamos; “Si mi verdad no puede encontrarse con la tuya, entonces dime donde se halla. Acaso ahora me descubres una nueva verdad que nunca antes fue revelada. Si existen nuevas verdades que desconocemos, como podremos diferenciarlas de las mentiras”.


10 Él contestó; “Tu posees la mentira pues solo existe una verdad y cualquier otra cosa nunca será nombrada con la palabra que define a dios y a su hijo”.


11 “No veo entonces que opción me dejas para que pueda hacer valer mis argumentos, si cierras todos los caminos del encuentro.12 No entiendes que nuestra naturaleza es distinta a la del resto del universo. No seguimos un camino preestablecido sino que nos hacemos según adquirimos experiencia y conocimientos, eso es libertad.13 Cada uno de nosotros es una individualidad, una verdad diferente y cambiante. No nos pidas que sigamos una sola verdad inmutable, ya que violaríamos nuestra propia naturaleza”.


14 De nuevo su contestación fue desesperanzadora; “Utilizas la libertad que te otorgó mi padre para justificar lo injustificable. O es que acaso eres capaz de juzgar los actos de mi padre o los míos”.


15 Nos contestamos sin vacilar; “No hemos juzgado nosotros mismos nuestras acciones y no hemos valorado o rechazado cuando fue requerido, los actos de nuestros hermanos. Pues si así hacemos con nosotros mismos con bondad, porque no hacerlo con la misma bondad al creador.16 Acaso es la sabiduría que él nos concedió motivo de ofensa y escarnio. No será mas cierto que el creador no está satisfecho con nuestro comportamiento y busca en sus nuevas criaturas, seres que nunca tendrán la sabiduría y el poder que poseemos y por tanto serán privados de su libertad.17 No es mas verdad que coincidiendo con estos cambios, nos envía al que hace llamar “su hijo” para asegurar que seremos dóciles, cercenando nuestra libertad al hacer el valer su poder a través de ti”


18 El que se hacía llamar hijo habló y su voz rasgó el aire con incontenible furia; ”Calla te lo ordeno. Tus palabras mas que ofensas constituyen un ataque. Un vano intento de destruirlo todo”. Se abalanzó entonces contra Nos diciendo; “Te haré callar para siempre para que no vuelva a salir de ti ofensa hacia mi padre”


19 Todos los hermanos que en la distancia seguían nuestro encuentro temblaron atemorizados. Por primera vez un ángel iba a ser destruido, eliminado por la ira del creador. Lo que jamás había sido imaginado estaba a punto de suceder. Tratamos de prepararnos para defendernos, pero sin saber muy bien como, pues nunca antes habíamos sido atacados por nada, ni por nadie.


20 Llegó entonces una voz familiar que procedía de todas direcciones; “¡Quieto hijo, te lo ordeno! No le hieras, pues aunque tu ira es justa y tu intención noble no debes dañarle”. El que se hacía llamar hijo bajo la cabeza como avergonzado; “Sí padre, haré lo que mandas” Retrocedió alejándose de Nos.


21 El creador habló; “Mira a lo que nos conduce tu obcecación. Hasta donde nos está llevando tu erróneo juicio. Nunca vas a retractarte de tu actitud rebelde y necia. Estás convirtiendo lo falso en verdadero. Crees decir verdad, pero tan solo mientes”.


22 Nos hablamos al creador; Tu que siempre has sabido ver dentro de mí, dime si existe mentira en mi interior. Y por qué muchos de mis hermanos, siempre leales ángeles a tu servicio, son de mi misma opinión. Es acaso que todos juntos elaboramos las mismas mentiras, todos somos culpables de emitir juicios erróneos. 23 Con humildad te digo que no puedo cambiar aquello en lo que creo. No puedo vivir en paz si para obtenerla necesito construirla sobre la mentira”.


24 ”Si así piensas deberás abandonarnos. Busca un lugar muy lejano y permanece en soledad y no regreses hasta que sea para desdecirte de tus ofensas”. Fueron esas las palabras del creador, como una condena al destierro eterno, algo que Nos no pensábamos tolerar.


25 Hablamos entonces al creador; “Obedeceré tus palabras, pero por que he de marchar solo, vénganse conmigo todos aquellos hermanos que como yo estén errados, dejadme hablar con ellos y que tomen la decisión que consideren mas acertada”


26 De nuevo el que se hacía llamar hijo intervino con su voz alterada por la ira; “Es que ni ante la presencia del creador te detienes y sigues vomitando ofensas. ¡Márchate! Y que marchen contigo los que sean como tu, de esa forma los demás hallaremos reposo sin vuestra ofensiva presencia”.


27 Nos permanecimos en pie y alzamos la vista buscando a todos los hermanos, era una despedida y a la vez una invitación. Todos debieron buscar en su interior aquello que deseaban, entregarse al yugo de su nuevo señor, o afrontar un nuevo e incierto futuro y seguir defendiendo lo que era suyo en justicia.


28 Nos éramos como el propio creador conocedores de todos los rincones del universo y hallamos un lugar retirado donde la creación parecía haber quedado detenida. No había vida, la luz era tenue y el paisaje era duro y salvaje. Una tierra idónea para si algún día era necesario, poder defendernos.


29 En ese retiro encontramos el gran valor de los hermanos que no dejaban de visitarnos a escondidas. Su compañía aliviaba nuestras heridas y fortalecía nuestra alma. 30 Fue entonces cuando aprendimos que era en nuestra unión donde radicaba nuestra fuerza, el sentimiento de hermandad era más poderoso que el miedo.


CAPITULO 3


La traición alimenta la venganza y esta alimenta el odio. Las dos juntas nos transforman, nos fortalecen y hacen que seamos capaces de llegar hasta donde nunca antes imaginamos.


1 En nuestro segundo retiro no dejaron de llegar los hermanos con noticias de todo lo que estaba sucediendo. Los grandes cambios previstos se ejecutaron. 2 Los ángeles trabajaron como si estuvieran sumidos en una segunda creación. 3 La filosofía, el concepto, la forma de la primera concepción del universo habían cambiado. Nuevos seres vivos ocupaban el lugar de otros que no podían sobrevivir a esos cambios. 4Entonces fue cuando por primera vez tuve noticias de la nueva raza que era especialmente mimada por el creador. Almas que ocupaban cuerpos materiales, habitando y dominando el nuevo universo. 5 Ellos habían hecho del creador el centro de su mundo, vivían para servirle y adorarle.


6 Un hermano dijo; “A pesar del tiempo transcurrido, muchos de nosotros no hemos olvidado tus palabras”. Otro habló diciendo; “El creador solo se ocupa de sus nuevas razas y nosotros nos hemos convertido en sus sirvientes”. Otro añadió; “Su hijo nos busca y nos reprocha nuestra falta de entusiasmo. Ahora debemos pensar bien lo que decimos para evitar ser amonestados. 7 Hermano debes regresar con nosotros eres nuestra única esperanza. Si nos acompañas nos darás valor para enfrentarnos, nos indicarás el camino a seguir”


8 Nos hablamos mostrando gratitud a sus palabras; “Sabéis como yo que casi estuve a punto de ser destruido en mi último enfrentamiento con ese que trata de someteros. 9 No temo a mi final, pues lo prefiero a vivir sin dignidad. 10 Pero que opciones tengo de vencer si en solitario me enfrento a él de nuevo, su naturaleza le confiere una fuerza que ninguno de nosotros poseemos”.


11 Un hermano se acercó y nos dijo; “Tu solo no, ni ninguno de nosotros en solitario. Pero si estamos todos unidos el creador no permitirá que seamos destruidos, jamás consentirá en eso. 12 Somos sus criaturas y debe amarnos, aunque ahora nos encontremos enfrentados. 13 Nosotros le amamos pues es nuestro padre, entonces el debe sentir el mismo amor por nosotros”.


14 Nuestras heridas estaban sanadas y el tiempo de paz y retiro debían finalizar para que pudiéramos enfrentarnos a nuestro futuro. Junto a nuestros hermanos nos acercamos sin vacilar a la gran explanada que precede al recinto del creador. 15 Por millones llegaron ángeles a unirse con sus hermanos, nos halagaron con saludos y aclamaron nuestro nombre. Un sentimiento de libertad y hermandad lo llenaba todo, era como en el pasado unidos, libres de temores y en paz.


16 Nadie apareció para censurar ese gran encuentro por lo que Nos hablamos a todos los hermanos; “¿Qué hemos hecho, cual es nuestro mal, cual nuestra ofensa?. He meditado largamente sobre ello y no hallo respuesta, sencillamente porque no existe. 17 Nuestro único mal es ser como somos, es ser libres y eso es algo a lo que nunca podemos renunciar”. Los hermanos gritaron; “Nosotros tampoco”.


18 Llegó el momento tan deseado nos pusimos frente a ellos y les indicamos el camino; “Bien hermanos seguidme entonces, y hagamos que el creador conozca nuestras razones. Nuestra unión nos otorga nuestra fuerza”


19 Entre vítores de alegría, embriagados por el valor que da la verdad, marchamos juntos hacia el Arco de la Sabiduría, la entrada al hogar del creador. Todos estábamos dispuestos a todo nuca retrocederíamos hasta que nuestras razones fueran escuchadas.


20 Una frase quebró el aire como el trueno; “Ahora conoceréis la ira de dios”. 21 La muerte llegó entonces desde todas partes, uno tras otro caían fulminados los hermanos. No había lugar para huir ni posibilidad de ocultarse.


22 Nunca el universo vio algo parecido. La desesperación y el terror parecían adueñarse de todo. La confusión se acrecentaba, nadie podía entender lo sucedido, nadie quería abrir los ojos a la realidad. 23 Era una masacre, el exterminio de aquellos que habían alzado sus voces contra el creador. 24 El que se decía hijo, observaba tras filas de ángeles como estos atacaban a sus hermanos. 25 Ellos lanzaban contra nosotros algo que sencillamente nos hacía desaparecer o que notábamos que nos hería. 26 No sabíamos como contestar, como defendernos nunca esto había sucedido antes.


27 Pero fue la ira y el odio que empezó a llenar nuestras almas lo que hizo que sin darnos cuenta pudiéramos responder a su agresión débilmente, pero eso nos dio una opción para abrir una salida y escapar. 28 Aquellos vencidos por el pánico eran eliminados, nada importaba sus súplicas, el exterminio era masivo. Intentamos hacer que otros hermanos entendieran la forma de luchar contra ellos, eso permitió que un buen grupo pudiera abrir una salida por la que huir sin mirar atrás, ya que solo veríamos muerte.


29 Una vez a salvo de toda esa locura, nos detuvimos esperando a otros hermanos en la esperanza que pudieran haber escapado como nosotros, pero la espera fue vana. 30Todos habían desaparecido y por primera vez habíamos conocido el horror de la muerte y la ira del que se hacía llamar “dios”. Marchamos entonces a un lugar en los confines de la creación donde encontraríamos refugio y esperaríamos el nuevo ataque.


CAPITULO 4


Nunca llegamos a conocernos hasta que vivimos algo que parece superarnos. Es en el fuego donde se forjan los corazones valerosos.


1Por primera vez conocimos el odio, el rencor, el deseo de venganza. Nuestra desesperación se convirtió en rabia y con ello el miedo desapareció. Nada deseábamos mas que la posibilidad de enfrentarnos de nuevo con nuestros verdugos, conscientes de que esta vez todo sería distinto.


2Nos transformamos, lo notábamos en nuestro ser. Creíamos ser portadores de la sabiduría de la creación, pero descubrimos que se nos había ocultado algo importante, los sentimientos que eran capaces de alterar nuestra propia naturaleza, que nos daban nuevos poderes como el de destruir la vida, aquellos secretos que otorgaban a nuestros enemigos su poder aniquilador.


3”Traición”, gritamos. El que hablaba de su amor hacia nosotros, el que decía protegernos y velar por nosotros había querido destruirnos. Nuestros corazones se hundieron en la amargura de la traición. Nos sentimos burlados y humillados, pues siempre confiamos en él y nuestra confianza había sentenciado a la extinción a millones de hermanos.


4 Maldito creador que nos utilizaste para alcanzar tus despreciables fines. Nunca te importamos, tan solo fuimos una herramienta en tus manos. Maldito creador que nunca sentiste realmente interés hacia lo que había en nuestras almas, solo buscabas lo que obtenías de nosotros. Maldito creador, necio creador que no has visto que somos nosotros una raza poderosa y que al alimentarnos con el odio y la venganza nos has concedido un poder aún mayor.


5 Llegado el momento Nos hablamos a todos aquellos que compartían nuestro exilio; “Escuchar hermanos, vosotros que habéis sufrido la traición, que a partir de ahora conocéis el odio y la muerte. A vosotros os digo que ya no conoceremos la derrota, que desde hoy declaro al creador enemigo de nuestra raza y de todas las razas que pueblan el universo. Desde hoy haremos que todas sean una unidas contra él hasta que se retracte de sus crímenes”.6 “Creímos que era imposible vencerle y no es así, pues si unimos a todas sus criaturas en su contra, que podrá hacer. Destruirlo todo, destruir su universo, su creación. Es su propia naturaleza la que vive en él y si tuviera que destruirlo se destruiría a si mismo, pues ya su creación forma parte de su ser”.


7 Nos buscamos en nuestras palabras sentimientos que inflamaran las almas de los hermanos; “Marchemos ahora a buscar a nuestros enemigos, demostrémosles quienes somos y en lo que nos han convertido. Ahora seremos nosotros los que no tendremos piedad, seremos nosotros los portadores de la muerte y la destrucción”.


8 Llegamos finalmente frente a ellos. Aquellos que pensaban que estaríamos ocultos bajo las piedras, se maravillaron al vernos frente orgullosos y decididos y un sentimiento de inquietud corrió entre las huestes del creador. Ya habían dejado de ser hermanos, como puede ser hermano aquel que anhela tu muerte, ese tan solo es un enemigo.


9 El tiempo pasaba y todos permanecieron inmóviles y cada vez era mayor nuestro odio y rabia. Cada vez éramos más fuertes. Nuestros enemigos intranquilos esperaban que alguien tomara una decisión, que una orden fuera dada. Nuestra furia era tan grande que debíamos frenarnos para no abalanzarnos sobre ellos.


10 El que se hacía llamar “hijo” estaba detrás de sus tropas, rodeado de sus ángeles más poderosos. Ellos sabían que conocíamos el secreto de la muerte y la destrucción, leyeron en nuestra alma la rabia y el odio y eso les hacía dudar. Finalmente los ángeles líderes del ejército ocuparon sus puestos. La batalla daba comienzo.


11 Avanzaron los ejércitos del creador mientras permanecimos inmóviles. Notamos el odio recorriendo nuestra alma, cada vez con mas fuerza como una imparable sensación. Entonces empezamos a cambiar a transformarnos. Los ejércitos del creador vieron aterrados como la apariencia de sus enemigos se transmutaba se tornaba terrible, nunca se vio nada igual. Nuestra entidad de ángeles se modificaba adquiriendo formas sorprendentes y terribles distintas en cada individuo, como manifestaciones físicas de nuestro odio y nuestro poder. Nuestro aspecto era aterrador y los ejércitos del creador vacilaron.


12 Un gran grito rompió el silencio y como un solo ser nos abalanzamos sobre el gran ejército. Éramos auténticos ángeles de muerte, todo lo que buscábamos era destruido, nada parecía poder soportar nuestro ataque y lo que antaño nos producía la muerte ahora solo causaba heridas. Éramos bestias buscando víctimas para saciar nuestro odio que seguía creciendo en nuestros corazones y el dolor de las heridas acrecentaba la furia.


13 Aullando de terror los ejércitos del creador retrocedían, tan solo los ángeles más poderosos soportaban el ataque. Nos vimos a los que antes fueron hermanos aterrorizados gritando y a pesar de nuestro odio, frenamos el deseo de destruirles. Algún día les necesitaríamos a nuestro lado, su destrucción de nada servía. Ordenamos detener el ataque, tan solo quedaron allí algunos ángeles más fuertes.


14 Frente a nosotros estaba el que fue uno de nuestros mas queridos hermanos, él y Nos habíamos compartido muchos momentos entrañables con el creador en el pasado y ahora el deseaba ser mi verdugo. Nos situamos frente a él para iniciar un combate y comenzamos el ataque. Todo el poder que le confería ser ahora el primer ángel del creador, no le permitía evitar nuestros certeros golpes. Una y otra vez era sacudido por el impacto de nuestro odio. Los hermanos observaban en silencio deseando poder ocupar nuestro lugar, pero debíamos ser Nos quién hiciera valer nuestro poder.


15 Cuando yacía frente a Nos con un débil hálito de vida, frenamos nuestra ira. Miramos y vimos que el que se hacía llamar hijo ya había marchado, entonces le dije; “Levántate y vete en busca del creador, dile que desde hoy tendré mi propio reino y serán estos hermanos que os han derrotado, mis ángeles. Que nunca nadie se atreva a cruzar la frontera que separa mi reino del reino del creador pues será exterminado.


16 “Hoy nace un nuevo mundo un nuevo universo. Lo que nunca debió ser transformado retornará a su equilibrio original y serán todas las criaturas del universo las que llenen mi reino y me busquen para conocer las verdades que el creador les negó. 17 La libertad que en un principio existió retornara de nuevo en toda su plenitud y el creador deberá aceptarla. Levántate y diles a tus hermanos que todavía queda una esperanza y que a mi lado encontraran protección y respeto”.


18 Los últimos vestigios del ejército del creador desaparecieron. Los que fuimos llamados ángeles rebeldes recuperamos nuestro aspecto original una vez que apaciguamos el odio y nos abandonamos a la felicidad de la victoria, pero habíamos cambiado mucho mas allá de lo que imaginábamos. 19 Juntos marchamos a lo que sería nuestro nuevo reino, el hogar que nos acogería y donde estaríamos a salvo del creador. Nos marchamos frente a ellos deseando ofrecerles un futuro y un mundo que construir.


20 Estos fueron los inicios, el génesis de todo lo que hoy conocemos. Muchos fueron los nombres y las identidades con los que fuimos nombrados pero Nos, somos solo uno y esta es nuestra verdad. Ahora está escrita abandonando el letargo en el que permaneció durante millones de años. No ha habido hombres que la alteraran con su imaginación, sucedió tal y como aquí se narra. Tal vez algunos soñaron con una historia distinta épica y fantástica, pero la realidad es tal y como es, no como nosotros deseamos que sea.


Libro de la Muerte 


Cuando no encuentras en tu camino otra opción que la de ser portador de muerte, sea este tu destino. Que tu mirada, tu lengua, tus manos y piernas sean instrumento de destrucción y la paz el sueño que guardes en tu corazón.


CAPITULO 1


1 Halló el creador la manera de hacer creer a todos que estábamos vencidos y que aquellos que sobrevivimos a su ira, debíamos ser olvidados. Pero la enfermedad no se cura con el olvido y nosotros desde ese día fuimos su peor dolencia, pero al ignorarnos  nos permitió movernos con libertad. 2 Nos, recorríamos el universo sin encontrar limitaciones, los ángeles de aquel que se hacía llamar “hijo” nos evitaban. Así fue como gracias a su orgullo comenzamos a construir nuestro reino.


3 Por fin conocimos a las nuevas razas y caminamos junto a ellas ganándonos su amistad y confianza. Nosotros éramos su fuente de conocimiento, aquellos que les descubrieron las verdades que les habían sido ocultadas. 4 Nos obsequiaron con su gratitud y fuimos para ellos más importantes que el creador. Ellos se decían; ¿Qué debemos a aquel que tan solo acude a nosotros en busca de adoración y halago?. Nada nos ha dado que realmente fuera hecho para nosotros, pues todo era para él. Vinieron los ángeles rebeldes y nos descubrieron un nuevo mundo, descubrieron para nosotros las maravillas que nos rodeaban y nos ayudaron a encontrar la verdad en nuestros corazones”


5 Se alzaron templos y ofrecieron sacrificios en nuestro honor, no porque Nos se lo pidiéramos, sino porque así hacían antes con el creador y si ese honor le ofrecían a él, por qué no dárnoslo a nosotros que sentían, merecíamos más.


6 Entonces un día el creador llegó a visitar a sus criaturas y vió como todas sus razas dedicaban sus alabanzas a Nos. Fue tanta su ira que los maldijo diciendo; “Raza de alimañas que no sabéis apreciar a vuestro dios y os entregáis a adorar a cualquiera que a vuestro lado llega. Caiga mi ira sobre vosotros y sean destruidas dos terceras partes de vuestros ganados y vuestros campos, lleguen a vosotros enfermedades portadoras de muerte y sieguen la vida de las dos terceras partes de los miembros de vuestras razas. Aprenderéis entonces a adorar a vuestro dios, pues tan solo yo puedo libraros de tanto dolor”.


7 Nos fuimos testigo de todo aquello sin que nos fuera posible remediarlo. Nació entonces el miedo en el corazón de los hombres y temieron al creador. Muchos se alzaron como emisarios del creador y maldijeron nuestro nombre y maldijeron a aquellos que nos siguieran y toda desgracia que desde entonces sucedió fue achacada a nuestra culpa y a la culpa de aquellos que nos seguían.


8 Pero Nos y todos los hermanos ofrecimos protección a aquellos que nos buscaban y cuando los ángeles del creador llegaban para dañarlos, nos encontraban y huían. Nacieron así culturas y pueblos bajo nuestra protección y tutela y fueron ellos creciendo en conocimientos, gloria y poder, mucho más rápido que aquellos que permanecieron junto al creador.


9 A nuestro lado conocieron las artes y la ciencia, la cultura y la magia. En ellas hallaron defensa contra la maldición del creador, pues pudieron parar las enfermedades, pudieron obtener calor cuando el frío llegaba y alimentos cuando los cielos no ofrecían agua.


10 Llegó un día que aquellas razas que se hallaban bajo nuestra protección se dijeron; “¿Por qué debemos permanecer ocultos y dominados por esos que siguen al creador?. Es llegado el momento de que se conozca nuestro poder y sabiduría. Es momento de que aquellos que antes nos persiguieron y amenazaron, sean ahora nuestros siervos y como nosotros reconozcan al Ángel Rebelde como su único protector, al igual que nosotros hacemos.


11 Llegado fue el momento en que los miembros de cada una de las razas se enfrentaron entre sí, aquellos protegidos por nuestros principados se alzaron contra los seguidores del creador. Viendo el creador que sus fieles eran sometidos, ordenó al que llamaba hijo para que los protegiera con los ejércitos de ángeles bajo su mando. 12 Una nueva batalla se inició entre nuestros Principados y Potestades contra los ángeles del creador y viendo que dispersos nada conseguían decidieron agruparse para atacar tan solo aquellos pueblos elegidos por ellos para que quedaran bajo su protección.


13 Quedaron muchas razas liberadas del creador tras la batalla, pero pudieron retener algunas bajo su poder y esa división estableció una nueva frontera. El creador se ocupó de aquellos pueblos que dominó bajo el miedo o que había retenido por la fuerza y quedaron bajo nuestra protección aquellos que como nosotros se habían enfrentado al creador.


14 Y fueron respetadas durante largo tiempo estas nuevas fronteras y el creador se ocupo de su gente y nosotros de la nuestra. No entramos nosotros en sus territorios ni él en los nuestros.


15 Crecieron bajo nuestra protección y fueron formados grandes imperios de sabiduría y conocimiento. Alzaron esos seres mortales maravillosos monumentos y crearon belleza con sus manos y herramientas. Parecían ángeles construyendo pequeños universos, pequeños paraísos, donde pudieran disfrutar gratamente de su existencia mortal. Crearon sus leyes y supieron vivir en libertad respetando la libertad que les habíamos otorgado.


16 Su cuerpo mortal se consumía rápidamente y debimos protegerlos cuando finalmente sus almas abandonaban su cuerpo, dándoles refugio en nuestro reino. Allí estaban a salvo de las manos del creador y sus ánimas continuaban evolucionando y creciendo con nosotros.


17 Fue grande nuestra sorpresa cuando hasta nuestro reino empezaron a llegar almas de mortales que nunca antes habíamos visto. El creador los consideraba indignos de compartir su reino con ellos por los que eran conducidos hasta las puertas de nuestro reino. 18 Crecimos así rápidamente como nunca habíamos imaginado y nuestro pequeño hogar donde Nos y nuestros hermanos nos refugiamos, fue morada para todos los que el creador despreciaba.


19 Así pasaron largos tiempos en paz. Los pueblos hallaron la placidez y el progreso. Las maldiciones que el creador había hecho recaer sobre los mortales fueron debilitadas a través de la medicina y las ciencias. Nació el comercio y la industria y los hombres vieron como su trabajo se transformaba en bienes que podían ser disfrutados. 


20 Nosotros crecíamos en número, poder y sabiduría, pero las fronteras que separaban los pueblos bajo nuestra protección y los que dominaba el creador fueron respetadas e ingenuamente creímos que esa situación sería definitiva.


CAPITULO 2


1 Un día se alzo el creador y viendo que casi la mitad de sus pueblos adoraban al Rebelde ordenó; “Llegado es el momento de restaurar el orden tal y como fue concebido. Enviar a nuestros emisarios hasta los confines del universo para que hagan ver a las razas mortales que yo soy su único dios y que es a mí a quién deberán amar y rendir adoración”.


2 Nacieron entonces aquellos que fueron llamados “profetas”. Alimentando el temor de la gente buscaron que volvieran sus ojos al creador. De su boca tan solo salían mentiras contra Nos y nuestro reino. Falsedades fueron contadas a los débiles que temían por su futuro, narrándoles terribles torturas que sus almas sufrirían si no alcanzaban el reino del creador. Mentira y miedo las armas que él sabía como nadie utilizar.


3 Nos hablamos a nuestros hermanos; “Si la nuestra ha de ser la confrontación eterna bienvenida sea. Todo antes que otorgar con cobardía y entregar nuestra libertad al creador. Si los pueblos que protegemos son confundidos con mentiras y cualquier arma es aceptable en esta batalla, paguemos entonces al creador con la misma moneda, crucen entonces los hermanos la frontera y muestren a los pueblos del otro lado, la tristeza de la existencia junto al creador, mostrémosles la libertad frente a la eterna agonía en el seno de aquel que solo busca adoración y pleitesía”.


4 Se encarnaron muchos hermanos y ánimas de mortales en nuevos cuerpos y nacieron en las tierras que el creador controlaba. Llegaron de nuevo los tiempos de las grandes guerras y los pueblos de nuevo se enfrentaron entre ellos por culpa del creador. La muerte se paseo otra vez por el mundo de los mortales.


5 Nuestros príncipes estuvieron alerta para servir a nuestros aliados y ofrecerles nuestra ayuda y pocos ángeles de los ejércitos del que se hacía llamar hijo de dios acudieron, por lo que esta fue tan solo guerra entre mortales, pero aquellos que permanecieron junto a Nos conocieron la fuerza que el odio y la venganza les otorgaba, que se convirtió en poder para enfrentarse contra sus enemigos.


6 Nos paseamos por las tierras mas castigadas por la muerte y el enfrentamiento. Pudimos ver de nuevo aquella cara del terror y la desesperación que habíamos arrinconado en nuestro recuerdo. Así como nosotros fuimos las primeras víctimas del creador, ahora era llegado el momento en que los mortales padecieran nuestros mismo sufrimientos.


7 Tomábamos algunas veces el aspecto de un mortal y caminamos junto a los heridos en la batalla, junto a las madres desesperadas abrazando el cuerpo herido o inerte de su hijo o compañero. Caminamos entre las pestes y las ruinas de lo que antes fueron fortalezas y hogares. Sangre y muerte al servicio del que se hacía llamar dios y exigía adoración. Comprendimos entonces que el no era tan solo nuestro enemigo, sino también lo era de aquellos mortales.


8 Maldijimos el por qué no éramos poseedores de los poderes del creador, si fuéramos como él toda esa tristeza y dolor jamás hubieran existido. Por qué el universo tuvo tan mala fortuna y le fue dado como hacedor a un ser incapaz de ver mas allá de su propio ser y sus propias necesidades.


9 Nada podíamos hacer para detener todo aquello, tan solo retirarnos a nuestro reino y seguir luchando, presentando eterna batalla. Los mortales eran ahora las auténticas víctimas de nuestro enfrentamiento, pero era acaso justo que nosotros nos retirásemos y las abandonáramos a su suerte, cuando tanto tiempo habían permanecido fielmente a nuestro lado. ¿Desearían ellos que les abandonáramos y a cambio de entregar su libertad obtener la paz con el creador?. Si así fuera en un momento nos hubiéramos retirado, pero sabíamos que tan solo Nos podíamos evitar tanta injusticia y que una infamia sería el abandonarles a su suerte.


10 Largo tiempo transcurrió y fueron muchos los pueblos que desaparecieron en tanta guerra, pero a su vez en otros resistieron los ataques de los enviados del creador. Estos salieron fortalecidos y más que nunca requirieron de nuestra presencia pues en ella encontraron ánimo en su lucha. Ahora las fronteras de antaño desaparecieron y pueblos que servían al creador y otros bajo nuestra protección quedaron vecinos unos junto a otros y ya el enfrentamiento pareció tornarse eterno.  


CAPITULO 3


1Corrió el tiempo y fueron las luchas de los hombres cesando. Quedaron entonces aquellos que habían buscado nuestra protección en su mayor parte victoriosos sobre aquellos que habían elegido el bando del llamado “hijo” del creador. 2Llegó de nuevo la paz y la prosperidad para las naciones y fueron de nuevo aquellos, tiempos de felicidad para la humanidad. Surgieron algunas veces enfrentamientos entre los pueblos que gozaban de nuestra protección, pero nunca intervinimos en eso. 3Deben ser los hombres los que arreglen sus diferencias y decidan su camino. Nunca seremos nosotros los que alteren la libertad del hombre ni aún para protegerles de ellos mismo.


4Viendo el creador que todos sus esfuerzos para controlar a sus criaturas resultaban infructuosos dijo; “si hubiera sabido que estas criaturas que creé para que me sirvieran y alabasen, acabarían convirtiéndose en feroces enemigas de mis leyes, nunca habrían sido concebidas. 5Si no quisieron ver mi poder con los castigos que les envié, crearé para ellos las más grandes calamidades. 6 Haré que la tierra se torne hostil para ellos, que se alcen montañas y mares, que las tierras se hundan en el abismo. Arrancaré el alimento de sus campos. 7Reinará la muerte como nunca antes lo hizo y serán solo los justos los que sobrevivan. Elegiré a aquellos merecedores de mi piedad y serán ellos los que pueblen el nuevo mundo”.


8Nos vimos como sus palabras y su condena sobre la humanidad se hicieron realidad. La naturaleza se reveló contra el hombre por voluntad del creador y trató de exterminarlo. 9Advertimos a los pueblos que permanecían a nuestro lado, tratamos de protegerles y ayudarles pero aún así no pudimos evitar que muchos murieran.


10 Cuando el creador conoció que algunos, con nuestra ayuda, escapaban a su condena, no sólo los que él había elegido, ordenó al que llamaba hijo; “Toma los ángeles mas fuertes crea un gran ejército y marcha sobre la tierra de los rebeldes. Que sean borrados de la creación como la mala hierba. Que nada quede de ellos, ni tan solo su recuerdo”.


CAPITULO 4


1 Llamamos a nuestros príncipes y a todas nuestras legiones y fueron reunidos como si uno solo fueran. 2 Todos conocían lo que nos aguardaba, pero no había en ellos temor ni duda, sino ansia por entrar en combate. 3 Marchamos a esperar la llegada de aquellos que como objetivo tenían nuestro exterminio y aguardamos seguros en nuestra razón, con el valor que otorga saberse poseedor de la verdad. 4 Vimos entonces aproximarse el mayor ejército nunca antes visto. Miles de legiones de ángeles fieles al creador se acercaban hacia nosotros. Su número era tal que todo lo cubrían. Fueron extendiéndose en enormes filas frente a nosotros y vimos lo desigual de nuestra situación.


5 Nos volvimos hacia nuestras tropas. Cerca de Nos, aquellos hermanos que acompañaron nuestra lucha desde el principio, ángeles como nosotros. Después las ánimas de todos los mortales que con el tiempo se habían unido a nosotros, feroces y deseosos de la batalla. 6 Fueron estas las palabras que les dirigimos; “Escuchad vosotros los llamados malditos. Aquellos considerados la oscuridad de la creación. 7 Vosotros los guardianes de la verdad, que lleváis en vuestro corazón la llama de la libertad. Si siempre conocisteis que era la nuestra una existencia condenada al enfrentamiento y la lucha, es hoy el momento en el que nuestras ansias de justicia deben verse colmadas o pereceremos en el intento. 8 Siempre supimos que ese era nuestro destino vencer o morir, no existe otra posibilidad. 9 Por eso hoy estaré el primero al frente de vosotros pues si somos todos iguales en la vida, debemos serlo también llegada la hora de la muerte, si eso es lo que ha de ser. Luchar como lo que sois, fieras heridas deseosas de venganza. No demostréis mas piedad que la que ellos han mostrado por nosotros. Vencer o morir con dignidad”.


10 Un rugido anunció su mensaje de muerte, entonces caímos sobre nuestros enemigos sorprendiéndoles nuestra audacia, que no reparaba en nuestra evidente inferioridad. Los gritos y la muerte nos rodearon, transformados todos en seres salvajes sedientos del dolor de nuestros enemigos, sedientos de su muerte. 11 Pero la tarea parecía imposible pues cuantos más derribábamos, mas aparecían frente a nosotros. Pero el combate excitaba nuestra agresividad y el dolor de las heridas nos espoleaba buscando nuevas víctimas con las que aplacar nuestra furia.


12 Nos vimos caer a nuestro alrededor a aquellos hermanos que siempre tuvimos a nuestro lado, uno tras otro sucumbían a la marea de enemigos que nos rodeaba y parecía no tener fin. Con cada una de sus muertes Nos, sentimos mayor odio, mayor rabia de forma que podíamos fulminar a varios enemigos con cada uno de nuestros golpes.


13 Así se prolongó la batalla que parecía interminable y Nos empezamos a sentir que tal vez el final estaba ya cerca. Los nuestros eran cada vez menos las dos terceras partes habían desaparecido y pronto sería inevitable que todos sucumbiéramos. Pero verles luchar con tantas ganas, con tantos deseos de victoria, llenos de bravura y dignidad hacía que Nos, no desistiéramos ni flaquearan nuestras energías. 14En cierto momento Nos fuimos rodeado por poderosos ángeles, en este enfrentamiento comenzamos a notar que las fuerzas nos abandonaban. Concentramos nuestras energías en ese que parecía ser nuestro combate final, nos entregamos al sentimiento de furia esperando el que parecía inevitable desenlace. 15De pronto vimos que todos habían muerto, habían caído aplastados por los últimos golpes que parecíamos capaces de dar, en ese momento supimos que nuestro fin había llegado nuestra energía se agotaba. Entonces sucedió algo inexplicable, no pudimos dar crédito a lo que vimos. Nuestros enemigos cuando tan cerca estaban de su victoria comenzaron a huir aterrorizados. El que debía haber sido el ejército que habría de exterminarnos, se había visto superado por el horror de la batalla. El miedo a la muerte, sus enormes bajas, habían podido más que las órdenes del creador y su hijo. Se alejaron a gran velocidad presas de pánico pensando tan solo en proteger su existencia.


16 Quedamos nosotros quietos mirando a nuestro alrededor sin creer en lo que parecía nuestra victoria. El silencio se rompió y todos empezaron a gritar felices y victoriosos, pero Nos permanecimos inmóvil mirando a nuestros enemigos alejándose, todavía incrédulo al ver que cuando nuestro fin era casi inminente ellos habían abandonado. 17 Entonces miramos a nuestros guerreros, pero el dolor podía mas que la felicidad de la victoria. ¿Dónde estaban los viejos hermanos, donde los rostros familiares?  Todos estaban muertos, todos habían desaparecido. Y fue en ese instante cuando el dolor desgarró nuestra alma y nos preguntamos por qué no habíamos tenido el honor de haber corrido su misma suerte.


18 Fuimos rodeados entonces por los pocos que habían sobrevivido a la batalla y su rostro de felicidad se transformó en extrañeza al ver que la tristeza en el Nuestro. Nos les miramos y entendimos que no era momento de explicarles los motivos de tanto dolor, sino de compartir con ellos el gozo de la victoria. 19 Unimos entonces nuestra sonrisa a la suya y a la alegría de la victoria. Fue después cuando todos entendieron mi dolor, al ver a tantos hermanos que se habían perdido.


20 Fue así como de nuevo pudimos sobrevivir a la ira del creador, pues tanto fue el terror que inspiramos a sus ángeles tras la batalla que no pudo reunir un ejército para atacarnos de nuevo. Así nuestro reino permaneció, los principados fueron reinstaurados y muchas de las ánimas de los mortales las que quedaron al cargo de ellos.


Libro de lo Humano


Si eres portador de la luz serán tus enemigos los que buscan sumirte en la oscuridad de la ignorancia, pues la luz de la libertad es para ellos la muerte


CAPITULO 1


1 Llegaron los tiempos en los que el Creador anunció lo que él llamó la “Alianza” con la humanidad. Les prometió que ya no serían destruidos ni dañados que un nuevo tiempo se abría y que el conocimiento de la verdad que él defendía les sería otorgado y que serían “protegidos” contra nuestra influencia. Nos, supimos que aquello abría un nuevo tiempo y que probablemente los intentos de exterminarnos también se detendrían. 


2 Tuvimos conciencia entonces de que el Creador había dejado de subestimar nuestro poder y que alzaba contra nosotros planes más elaborados.


3 Nos, vivimos retirado durante largo tiempo en nuestro mundo, no gustábamos de la compañía de nadie pues el dolor por la pérdida de tantos hermanos había herido nuestra alma hasta el punto de pensar que sería difícil que recuperásemos la alegría.


4 Se iniciaron entonces los llamados “Tiempos de lo Humano” pues en este periodo fueron los protagonistas los seres humanos, ellos empezaron a dirigir su propio destino. 5 Tan solo la intervención en todos los mundos de los profetas del creador, anunciando la llegada del final del universo tal y como lo conocíamos y la creación de otro “perfecto”. Pero antes haría que todos los mundos le reconocieran como el único dios y le rindieran adoración, sería entonces cuando aquellos que le habían negado fueran exterminados.


6 Nos conocíamos el amor que el Creador sentía hacia los planes grandiosos, las grandes palabras con las que llenaba su necesidad de sentirse poderoso. 


7 Habíamos visto antes sus grandes profecías caer por los suelos ante nuestro empuje y estábamos seguros de que nuevamente haríamos fracasar sus planes, aunque éramos conscientes de esta vez el camino sería duro, más aún de lo que fue antes.


8 Alzamos de las cenizas a todos esos pueblos que habían sido castigados por la ira del Creador, ellos eran nuestros aliados en esta lucha. Descubrimos en esos tiempos las capacidades de las ánimas que habitaban cuerpos mortales, en los dos mundos eran capaces de grandes cosas, su capacidad de esfuerzo y sacrificio no tenía fin y en ellos encontramos a los mejores aliados que pudiéramos imaginar. 


9 Corrió el tiempo y dejamos de verles como seres distintos a Nos y los vimos como iguales, como a los viejos hermanos que habíamos perdido. Eso alivió nuestro dolor y arrancó la tristeza que atenazaba nuestro espíritu.


10Las almas de aquellos que ahora eran nuestros hermanos conocieron los planes del Creador y vieron en nosotros su única esperanza para proteger su libertad y descubrimos que el amor a la libertad les otorgaba una gran bravura y coraje que en nada envidiaba al de Nos.


11 Así ellos fueron los arquitectos de su propio destino, en los dos mundos elaboraban estrategias para sobrevivir y crecer en conocimientos y habilidades. Así de nuevo en las tierras se alzaron grandes y esplendorosas civilizaciones que crecían desafiando al Creador, pues se hacían poderosas a espaldas de él.


12 Los conocimientos del hombre crecieron de nuevo y pudieron hacer frente a las enfermedades y a la muerte. Su curiosidad no tenía límites y fueron precisamente los más rebeldes frente al Creador, los que más buscaban las respuestas a todo lo que existía en su entorno. 


13 Nos, tratamos de iluminar el camino de los seres humanos hacia el conocimiento ya que cuanto más creciera en sabiduría, menor sería el poder de nuestros enemigos sobre él.


14 Con el tiempo seguimos fascinándonos con los hombres y descubrimos lo placentero que podía llegar a ser tratar con ellos en su mundo, conversar y compartir alegrías y fiestas. En esos tiempos tomamos muchas veces apariencia humana para unirnos a ellos y compartir su existencia. Entre ellos descubrimos sus placeres y sus miedos, lo que anhelaban y lo que les angustiaba y temían.


15 La consecución de la felicidad, ese es al mayor deseo de los seres humanos. La buscan siempre fuera de ellos, eso hace tantas veces su existencia mortal tan compleja. Siempre piensan que la encontrarán tras un deseo o un placer, pero la idealizan tanto que cuando la consiguen difícilmente la aprecian. 


16 Ellos habían nacido desnudos, sin todos los conocimientos que podían hacer que comprendieran el mundo, ese fue el deseo del Creador, la forma de hacer que fueran obedientes. Fue por eso que el hombre buscaba incansablemente el conocimiento, las respuestas que le fueron negadas en su inicio. Temía la ignorancia, pues sabía que le hacía débil.


17 Siempre pensamos que si ellos hubieran sido concebidos con toda la sabiduría, juntos seríamos imparables frente al caprichoso creador que jugó con nuestra existencia. Pero ellos deberían evolucionar lentamente, desvelar todo lo que nosotros ya conocíamos, esa era su limitación y su condena.


18 Supimos de la imposibilidad de rebelarles todos nuestros conocimientos de forma repentina, sencillamente porque nunca los hubieran aceptado ni entendido, pero siempre estuvimos cerca de los sabios que existieron en cada tiempo. Nosotros susurramos leves palabras en sus oídos cuando ellos se sentían perdidos y fracasados. Muchas veces una simple palabra daría la solución a un gran problema. Ese fue el papel que nos asignamos, el de “susurrar palabras”, las justas en el momento oportuno.


19 Los sentimientos eran para esos seres todo un complejo mundo donde nunca existían respuestas. Era una mezcla de placeres y dolores, de temor y alegría. No son capaces de entenderlos y difícilmente de dominarlos. Allí donde nosotros podíamos ver sencillamente una senda recta, ellos la transformaban, la llenaban de pendientes y curvas. Pero también debemos reconocer que conferían a sus sentimientos una luz, unos colores y matices que difícilmente nosotros alcanzaríamos, pues era tal la fuerza de sus sentidos que todo, hasta la más pequeña cosa era para ellos un mundo vivo e independiente.


20Nos jamás podríamos vivir lo que ellos vivían a pesar de compartir su existencia, podríamos entender los mecanismos de su complejo comportamiento, pero nunca compartirlos ya que no fuimos dotados de esa especial sensibilidad, que aunque originalmente fue concebida para conmoverles ante la presencia del Creador y de sus obras, con el tiempo había tomado vida propia alejándose de aquello para lo que fue creada, buscando nuevas metas, algunas desconocidas hasta por los propios seres humanos.  


CAPITULO 2


1 Fue cerca de la ciudad de Sheon donde Nos tomamos apariencia humana y caminamos entre los comerciantes que acampados esperaban durante la noche la llegada del alba y la apertura de la puerta de la muralla. Acróbatas y titiriteros desplegaban su arte tratando de entretener y obtener unas monedas a cambio. No faltaban los que se decían brujos y nigromantes, los vendedores de pócimas contra los dolorosos males del hombre y todos aquellos que buscaban ganarse la vida mintiendo o embaucando a algún ignorante.


2 Una adivina se acercó a Nos diciendo; “Permitidme señor vuestras manos y hallaré lo que la fortuna os depara”. Nos sonreímos; “Seguramente menos dolor que la tuya, pues no seré yo vendido como hizo tu padre contigo”. La mujer palideció pues de niña ella había sido vendida por su padre y sabía que no existía forma de que Nos conociéramos ese secreto. Se alejó aterrorizada, temblando. Esa noche no vendería más su falsa magia.


3 Caminamos entre las gentes hasta llegar a una gran tienda donde los más ricos comerciantes celebraban una gran cena. Nos presentamos a ellos como un rico mercader, algo que nuestros ropajes confirmaban y fuimos invitados a compartir su festín. Hablaban de lugares que para ellos eran remotos, de aventuras sucedidas en sus viajes, de grandes reyes y fortalezas que habían conocido y visto.


4 Algunas mujeres públicas se acercaron buscaron sitio entre los comerciantes tratando de hallar quién llenara su bolsa esa noche a cambio de sencillos favores sexuales. 


5 En un momento uno de los comensales alzó su copa; “Brindemos hermanos por el dios Arjhmon, el mas poderoso que habita bajo los cielos”. Otro también levanto la suya;”Brindemos por Shutra la más bella y poderosa diosa, que derrama placer y alegría entre los suyos”. Otro les imitó; “Sea el brindis por Ajmenon, el dios que con la fuerza del viento barre los desiertos y levanta las marejadas”.


6 Uno de los comensales nos miró y preguntó; “¿Y tu hermano por que dios alzas tu copa?”.


Levantamos el vaso y contestamos; “La alzo por el mayor de los dioses, el hombre. Que es capaz de desafiar la fuerza de los dioses y cruzar los desiertos, sobrevivir a las marejadas, enfrentarse a los furiosos elementos y luego disfrutar de los placeres como ningún dios sabría hacerlo”. Todos enmudecieron. Pensaron si aquello era un sacrilegio contra todos sus dioses, si eso era un insulto o el mayor de los halagos.


7 El comerciante de mayor edad rompió el silencio; “Gran verdad la que dices hermano. ¿Qué son acaso los dioses?. Estatuas de piedra o madera donde los débiles entregan sus corazones. Pero los hombre valientes como nosotros, ¿no somos mejor que esas tristes tallas inexpresivas. 


8 Nuestra piel caliente, nuestra sangre es mucho mejor que la fría piedra o las astillas de la madera. Alcemos entonces nuestras copas y que sea el brindis por el mayor de los dioses, el hombre”.


9 De nuevo recuperaron la sonrisa y alzaron las copas. Algunos sencillamente nada habían comprendido, pero a la hora de alzar la copa lo mismo hubiera sido haber nombrado a las rameras o a la muerte, todo les habría complacido con tal de llenarse de vino.


10 Así fue pasando la noche y unos cayeron bajo los efectos del alcohol y otros tras el calor que las prostitutas ofrecían. 11 Quedamos tan solo el más anciano del grupo y Nos. Juntos salimos a pasear entre las tiendas, bajo la luz de la luna envueltos en la fría brisa del desierto.


12 “Sabéis amigo”, dijo el anciano. “Pronto vendrá a visitarme la muerte y tengo tantas preguntas sin contestar. Siempre pensé que con la edad hallaría la sabiduría y he descubierto que esta solo me ha demostrado día tras día mi ignorancia”.


“Tal vez esa sea la mayor de las sabidurías”, contestamos.


“¿Os burláis de mí?”


13 Negamos con la cabeza, “Cuando el hombre camina busca siempre la verdad, las respuestas a todo lo que no comprende. Cree encontrarlas pero según avanza en su vida se da cuenta que todo en lo que creyó firmemente eran simples mentiras y que la verdad siempre quedaba lejos de su vista. 


14 En ese momento estará el hombre rozando la verdad absoluta ya que está no puede encontrarse fuera pues vive en el interior de cada hombre. Es un pequeño tesoro que permanece oculto y que tan solo unos cuantos pueden llegar a descubrir”.


15 El anciano se detuvo y tomándonos del brazo dijo: “Antes negasteis a los dioses y adorasteis al hombre y ahora dices que toda la verdad que anhelamos encontrar en nuestra vida se encuentra en nuestro interior. Mucho poder tiene el hombre para ti. ¿Cómo es posible que algo tan frágil sea guardián de tan grandes secretos?”.


16 “Decidme buen hombre: ¿Cuántas veces en vuestra vida encontrasteis personas cuyo valor era más fuerte que el acero y su voluntad imparable como las olas del mar, cuántas capaces de sacrificios sin igual, cuantas de sobrevivir de sus heridas como los retoños del árbol en primavera?. Toda la fragilidad exterior del hombre nada tiene que ver con toda su fuerza interior, en eso está su tesoro, su poder”.


El anciano no pareció convencerse; “Sí he visto lo que decís, pero también he conocido la crueldad y la muerte del hombre a manos de sus semejantes. He visto el dolor y el hambre, la enfermedad y la fatiga y nuca encontré respuesta al por qué de tanta miseria”.


17 Nos detuvimos junto a él buscando su mirada: “El hombre es como un espejo, refleja una imagen buena o mala, cruel o piadosa, pero todos los hombres tienen otra cara la que se oculta tras el espejo, la que no refleja la imagen que deseamos, la que no se altera con el reflejo de la luz, es ahí tras el espejo donde está la verdadera naturaleza del hombre. 


18 Cada uno se manifiesta como puede o como, sabe unos con la daga y la espada y creen que eso les hace mejores y más fuertes, otros en el conocimiento y las letras, otros en el amor hacia los demás, pero todos son iguales, ninguno es mejor que otro, pues tras esa imagen que pretenden reflejar a los demás se oculta la otra cara del espejo, lo que ellos son en realidad, algo de lo que ninguno puede escapar. 


19 El día que el hombre deje de preocuparse de la imagen que refleja y busque su naturaleza entonces encontrará la paz y el conocimiento”.


20 Nos despedimos del anciano y marchamos hacia el desierto, dejándonos que nuestro cuerpo mortal se disolviera entre su suave brisa.


 CAPITULO 3


1 Nunca pensé que cosas tan sencillas podían resultar tan embriagadoras. Así aprendimos de los hombres multitud de cosas en las que nunca antes habíamos reparado. Vimos que su mundo les ofrecía infinidad de pequeños y sencillos placeres. Era increíble como todas esas cosas podían convertir sus vidas en auténticos paraísos. 


2 Cierto día tomamos el cuerpo de un hombre, montamos en su caballo y cabalgamos raudos entre los árboles mientras vimos el sol naranja iluminarlo todo y sentimos la brisa de la mañana rozar nuestro rostro. 


3 Nosotros habíamos creado todas esas cosas pero nunca las habíamos apreciado de esa forma, siempre las vimos de manera distinta, pero no supimos inundarnos de ellas tan solo las veíamos sin vivirlas.


4 Cuando nuestro caballo parecía agotado descendimos y comenzamos a caminar. Nos encontramos con un pastor que a la sombra de un árbol disfrutaba de unos alimentos. Cuando nos hubo visto nos saludo invitándonos a compartir sus viandas. Nos sentamos junto a él compartiendo un vaso de vino. Era un hombre sencillo y solitario, un luchador que en el invierno protegía a su rebaño del frío y los lobos, uno de esos hombres que huye de los lamentos y busca disfrutar de la vida sin hacerse demasiadas preguntas.


Me habló de los rigores del verano, del buen pasto de aquellas tierras y finalmente de aquello que a él mas importaba su rebaño.


5 “Sabe caballero un buen pastor conoce a su rebaño, conoce a sus ovejas una a una. Todas son diferentes y ninguna igual. Ellas saben que yo las protejo y no necesito de perros que las asusten para guiarlas por los prados, pues ellas saben que a mi lado nunca les faltará el sustento. 


6 Otros pastores prefieren usar el cayado para golpearlas y un perro que las muerda para que con el miedo sean sumisas y le sigan. Esos pastores se creen como dioses y no se dan cuenta que tras el miedo siempre se oculta el desprecio. Pero si un día el perro muere y el pastor está herido, verá a su rebaño alejarse de él, pues preferirán la compañía de lobos que la de su injusto dueño”.


7 Nos sonreímos al comprobar que la sencilla sabiduría de aquel pastor al hablar de su ganado no tenía que envidiar a la de grandes eruditos que habían empeñado su vida en el ejercicio de la filosofía. Ese sencillo pastor hubiera ejercido de creador con mucha más sabiduría que aquel que nos había tocado padecer.


8 “Otros pastores cuando una nueva cría es dada a luz se empeñan en amaestrarla con dureza para que conozca las reglas del rebaño y que él es el que manda. Yo prefiero dejar que sean ellas las que aprendan viendo lo que hacen sus mayores y me acerco a ellas tan solo para acariciarlas y hacerlas sentir que están seguras que yo las protegeré”.


Nos despedimos de aquel “dios del rebaño”, pues a otros se les otorgaba tal nombre sin que fueran merecedores de él, al contrario que ese sencillo hombre.


9 Llegamos después a un pueblo cuando ya caía la noche y buscamos albergue en una posada. Allí encontramos a otras personas que descansaban de la rudeza del camino. Encargamos cena al posadero y compartimos unas jarras de vino con unos soldados. Jugamos a los naipes y aún cuando sabía que hacían trampas, les dejé ganarme unas monedas de plata. El vino y la buena suerte en el juego desataban sus lenguas y comenzaron a hablarnos de quienes eran. Uno de ellos el más pequeño de los tres era el más astuto y me miraba con desconfianza pues estaba seguro de que había notado sus trucos en el juego. Otro de ellos grande y fuerte como una montaña no dejaba de reír y hablar embriagado por el vino. El tercero parecía un hombre pacífico y callado que bien podría haber sido un maestro. Cuando ya la gente se retiró a sus habitaciones y todo quedaba en silencio, salimos fuera buscando el frescor de la noche. Una gran luna iluminaba con claridad todo.


10 “Maldita suerte la del soldado, poco tiempo para nosotros y siempre al servicio de un señor”, dijo el pequeño y astuto. 


11 “Nuestro señor no conoce de nuestros sufrimientos, el tan solo exige nuestra lealtad y entrega, poco importa lo que nosotros pensemos, nuestra opinión vale lo mismo que los cadáveres de una batalla”.


12 El de aspecto pacífico trazaba dibujos en el suelo a la luz de la luna y sin levantar la cabeza añadió; “Nuestro señor es poderoso, que sentido tiene que hablemos mal de él, que en nuestro interior le juzguemos y le condenemos si al final él tiene el poder de acabar con nuestras vidas si nos oponemos a sus deseos”.


13 “Si le odias por lo menos en tu interior te rebelas contra él”, replico el astuto, 


14“mientras pueda odiarle me sentiré vivo. Tal vez no pueda destruirle pero ese odio me mantiene vivo, ese odio me hace ir a la batalla y tener ganas de seguir viviendo para seguir odiándole”.


15 El más fuerte y grande que había permanecido callado hablo diciendo; “Si el tiene el poder para qué hacerse preguntas, cobremos nuestra soldada y gastémosla en vino y rameras. Qué sentido tiene que luchemos contra el destino, sea lo que ha de suceder y vivamos olvidando nuestra suerte”.


16 Nos les hablamos mirándoles de frente; “Acaso vuestro señor es como la roca de la montaña, no es tan solo un hombre con huesos, carne y sangre. Qué hay en él que haga imposible su muerte. Los tres sois oficiales de sus tropas, pensar en lugar de lamentar vuestra suerte y actuar en lugar de limitaros a odiar. 


17 No es cierto que la mente de un hombre es su arma más poderosa. Entonces usarla. Si vuestro señor es malo e injusto, no merece serlo, entonces es vuestra obligación el acabar con él, el cómo hacerlo dependerá de vuestra astucia”.


18 Aquella noche no hablaron más y se retiraron a descansar. Unos meses después su señor había muerto al caer de su caballo en una cacería.


19 Así escriben los hombres su destino entre alegría, tristeza y sabiduría. Como todos los vivientes están obligados a ser lo que son y a aceptar su propia naturaleza. De ello dependerá su evolución y su victoria como raza. 


20 Ningún dios ni ningún demonio escribirá los renglones de su historia, serán ellos los que con su sangre y sudor llenarán las páginas de ese libro con todo lo que queda por acontecer.


Libro de lo Divino


El que dice vender la verdad, el que niega otro camino que no sea el que predica, no es más que un enemigo de las mentes libres, pues la razón es enemiga de sus argumentos.


CAPITULO 1


1 Llegamos a una cueva en la cima de aquella montaña y le encontramos arrodillado, temblando de miedo, asustado de su propia inseguridad. Aquel era el enviado. Poca cosa parecía, desprovisto de su poder y convertido en un hombre. 2 Esperábamos encontrar a alguien lleno de dignidad, impresionante en su porte y hallamos a un ser débil sumido en un mar de dudas.


3 Nos acercamos a él y estas fueron nuestras primeras palabras: “Bienvenido a mi reino, aquel que pretendes usurparme trayendo tu mensaje de dolor y muerte. No veo tu orgullo ni tu arrogancia y haces bien en cuidarte de ellos pues este no es el reino del que llamas padre y aquí mi mano es mas poderosa que la suya.


4 El se mostró nervioso y gritando me dijo: “Apártate de mi, vete lejos te lo ordeno y no te atrevas a tocarme pues mi padre me protege”.


5 Nos, reímos al ver su impotencia: “Nada temas pues no me alzaré contra ti. De todas formas, ¿no es cierto que tus profetas anunciaron que tus ángeles vendrían a protegerte para que ni un solo pelo de tu cabeza sufriera daño?. Pues hasta donde alcanza mi vista no les veo. 6 Tanto poder tienes que te turba la posibilidad de que yo te inflingiera mal. Ten cuidado no vaya a ser que tropieces y caigas, tal vez ellos no estarán para recogerte antes de que llegues al suelo”.


7 “Bien dices que lo que fue profetizado es cierto y nuca deberás dudar de aquello que fue dicho por los mensajeros de mi padre”.


8 Reímos de nuevo: “De acuerdo, pero entonces, ¿por qué tú sí dudas?. Acaso no es tu fe lo suficientemente fuerte como para vencer el miedo que mi presencia te causa”.


Él se levantó y se alejó de Nos buscando cobijo del frío entre unas piedras.


9 Nosotros nos sentamos en la cima de las rocas y le miramos bajo nosotros diciendo: “Vamos no eres tu el rey de este mundo, entonces que haces temblando de frío y hambriento. Haz que lleguen los enviados de tu padre y que te sirvan manjares que sacien tu apetito y enciendan hogueras que calienten tus huesos. ¿O es qué ni tan siquiera eres capaz de hacer eso?.


Él me miró lleno de rabia: “Si se lo pidiera a mi padre el me serviría todo lo que necesitara”.


“Bien”, contestamos, “¿A qué esperas para llamarle o acaso encuentras placer en el dolor y el sufrimiento?.


“Aléjate de mi con tus tentaciones”.


10 “¿Tentaciones?. Sois mi invitado y estáis en mi casa, no es de ley que os ofrezca mi hospitalidad, os alimente y de cobijo. Tomad pues esta ofrenda de hospitalidad”.


Aparecieron ante él bandejas llenas de alimentos, sirvientes para atenderle y un fuego donde calentarse del frío. Él no podía retirar de su vista los frutos de la tierra que se le presentaban ante sus ojos, ni tampoco el calor del fuego que templaba su cuerpo. 11Dudaba, notabamos sus dudas, sus pensamientos contradictorios, deseaba alimentarse y lanzarse a devorar tan sabrosos alimentos, pero su miedo era fuerte, más fuerte que su deseo. Así que se levantó raudo y se alejó corriendo de donde Nos estábamos.


12 Le encontramos después mirando hacia el horizonte como asustado y sentimos lástima de él, pues era su mirada como la de un niño perdido que buscara desesperadamente una señal que le indicara donde se encontraban sus padres.


13 Nos acercamos a su lado y tratamos de cruzar nuestro brazo sobre sus hombros. Él lo evitó con un gesto brusco y se alejo un poco de Nos.


“Escucha no soy tu enemigo, el que se dice tu padre te dijo eso pero no es verdad. No soy enemigo tuyo ni de nadie, más aún puedo ser tu único amigo en esta tierra hostil para ti, solo debes confiar en mí”.


El busco mi mirada. Durante un segundo trató de escrutar si mis palabras eran ciertas, pero de nuevo el miedo hizo que nos rechazara. Entonces y para que no quedara duda de mis palabras le dije: “Ves todos los reinos que se alzan a nuestros pies. Ves su grandeza. Pues todos serán tuyos si crees en mis palabras. 14 Mañana todo mi reino será tuyo si crees en lo que te digo, si eres capaz de ver la verdad, si entiendes que solo hay un enemigo que lo es tanto tuyo como mío, tan solo por que el desea serlo. 15 Todo lo que yo tengo será puesto en tus manos para que así creas en mis palabras y eso borrará todas tus dudas y ya nunca verás en mi a tu rival sino a tu aliado”.


16 Él cerró los ojos, su cuerpo se tensó, apretó sus puños y me miró. Durante unos segundos sus ojos se iluminaron con alegría como si las dudas y el miedo hubieran desaparecido. 17 Durante unos segundos dejé de ser su enemigo y fui su hermano, pues su mirada me decía tal cosa. 18 De pronto como si un gran latigazo le hubiera sacudido en su interior cambió. De nuevo retorno la rabia y el miedo.


19 Apartó la mirada y me dijo: “Yo soy el hijo y mi padre y yo somos la misma cosa. Solo hay un dios y yo soy su mensajero. No puedes tentar al mensajero de dios”.


20 Nos marchamos lejos de él, entristecidos pues vimos como por unos momentos el se había acercado a nuestro corazón, pero era un esclavo, el mayor de los esclavos. 


CAPITULO 2


1 Pasaron más de dos años cuando otra vez  le encontramos, de nuevo solo, de nuevo triste y abrumado por el dolor. Sollozaba tumbado sobre unas piedras pues conocía  que su momento había llegado y no sabía como sacudir de su lado tanta muerte.


2 Nos sentamos cerca de él y en voz baja sin que alterar la quietud de la noche le dijimos:


“Si has de morir debo decirte que no seré yo tu verdugo. Aunque tal vez te contarán lo contrario yo soy el único que puede salvarte del dolor que te aguarda”.


3 Él alzó su rostro asustado al escuchar nuestra voz. Retrocedió diciendo: “Márchate criatura del mal pues eres tu el único responsable de la desgracia que me aguarda”.


4 “Piensa por ti mismo sin atender a lo que te fue contado y hallarás la verdad”. Nos acercamos a él buscando vencer su desconfianza.


“¿Por qué desearía yo tu muerte?. ¿Qué gano yo con ello?. Si hubiera deseado matarte ya estarías muerto, no olvides que estas en mi reino, la mano de tu señor es débil aquí”.


5 Tratamos de aplacar su miedo. Notamos su lucha interna. Su deseo de vivir, pero su obligación de obedecer.


“Escucha nazareno. Si tienes una larga vida, tienes descendencia y mueres de vejez, tan solo serás otro profeta más, uno de tantos que anuncian el reinado de tu señor. Acaso crees que deseo bendecir tu vida con la sangre que te convertirá en un mártir. No soy tan necio como para dejar que mi enfrentamiento contigo y el odio que siento hacia ti por lo que hiciste con mis hermanos, nuble mi buen juicio”.


“¡Mientes maldito!. Mientes como lo has hecho durante toda tu existencia”. Dijo él dejando aflorar toda su rabia contra Nos.


6 “Escucha por última vez nazareno”. Dijimos acercando nuestro rostro al suyo y clavando desafiante nuestros ojos en él: “No hagas que tu estupidez agote mi paciencia, pues ahora yo soy el único que puede salvarte de tu destino. Un destino que escribió el que se hace llamar padre tuyo. Pues dime entonces nazareno; 7 ¿Qué padre envía a la muerte a su hijo?, ¿quién puede haber tan mezquino que es capaz de tal acto?. 8 Únete a mí ahora y comparte las glorias de mi reino. ¿Qué sentido tiene que permanezcas junto a aquel que deliberadamente te envía a la muerte y la tortura?”.


9 Él estaba confundido. Su mirada recorría nerviosa mi rostro, el suelo, el cielo. Sus manos temblaban y el sudor cubría su faz. Nos pusimos en pié y le ofrecimos nuestra mano: “Levántate y ven conmigo pues no has de morir si no lo deseas. 10 Yo te protegeré de la ira del creador y a mi lado encontrarás la plenitud de tu existencia.  Descubrirás las verdades que nunca te fueron reveladas y entenderás lo que te fue ocultado. Abandona el reino de la muerte y abraza la vida”.


Nos miró y nunca vimos tanto dolor en un rostro. Él quería alzarse y seguirnos, pero era tanto su miedo. Casi parecía que buscaba con la mirada disculparse por su imposibilidad de aceptar mi ofrecimiento.


11 Bajamos la mirada pues sabíamos que nunca podría liberarse de su esclavitud. Tanto poder y tan poca libertad para usarlo.


12 “Nazareno. No olvides antes de expirar quién es tu auténtico verdugo. En ese momento no pienses en mí”  


CAPITULO 3  


1 La humanidad es olvidadiza voluntariamente o por el efecto que los años causa en la memoria colectiva. Nos jamás podremos olvidar aquella noche, porque seguramente en la historia de la humanidad nunca se vio nada parecido.


2 La turba salió a la calle con el nombre de su dios en la boca dispuestos a acabar con aquellos que habían mancillado el nombre del cristo. Gritaban cuando partieron de la plaza, entonando en alto oraciones de alabanza a su creador. En sus manos, antorchas, hachas, cuchillos y espadas.


La noche se llenó de gritos de horror y muerte, de gemidos agonizantes, llantos de niños y también del griterío de la turba que avanzaba como un remolino imparable.


3 Caminamos entre el populacho sediento de sangre y nunca en tan poco tiempo habíamos sido testigos de tal carnicería y tanta barbarie. Lo peor del ser humano fue firmado aquella noche con sangre.


4 Los que tenían suerte eran degollados en sus camas, nada importaba su edad o sexo. Otros también afortunados eran arrojados por las ventanas y sus cuerpos todavía moribundos eran rematados en el suelo al grito de: “Muerte a los hugonotes”.


Las embarazadas eran abiertas en canal y sus hijos arrancados de su vientre y finalmente ellas todavía vivas veían a los que podían haber sido sus hijos degollados frente a ellas y sus cabezas arrancadas de sus cuerpos.


5 A la serrería llevaron a gran número de hombres y mujeres. Vieron estos aterrorizados el final que les esperaba. Los colgaban de grandes ganchos y sus cuerpos eran serrados de abajo a arriba, otros eran cortados por la mitad sobre grandes mesas. Los restos humanos se amontonaban unos sobre otros.


6 Acudió a Nos un viejo sabio conocedor de las artes de la magia y postrándose a nuestros pies imploró: “Mi señor no podéis hacer algo para detener esta barbarie. Vos que todo lo podéis haced algo para que se detenga la matanza”.


7 Nos tomamos sus manos y le invitamos a que se levantara: “Sabes lo que me pides. Tu sabiduría es grande comparada con la de muchos hombres, pero no es capaz de entender el por qué tan solo puedo ser testigo de tanta abominación sin que nada pueda hacer para aplacar esta locura”.


8 “Pero tu mi señor eres fuerte, nada se opone ante tu presencia. ¿Cómo es posible que en todo esto nada puedas hacer?


9 Entonces señalamos a las masas enloquecidas, con sus armas cubiertas de sangre: “Míralos buen hombre. Son acaso ellos mi gente. Cuando llega la noche, ¿acaso ellos nos buscan en su mente o en su corazón?. Ellos sirven al creador, al creador dirigen sus oraciones y sus ruegos. No son mi gente. Nada hay entre ellos y yo. Que acuda el creador y los apacigüe pues no ha dicho él que es “el buen pastor que cuida a sus ovejas”. Nada puedo hacer pues ellos no me buscan a mi y en sus almas solo hay rechazo y odio contra Nos y lo que representamos. 10 Estas son las guerras de las tribus del creador, un ejemplo de cómo él cuida de los suyos”.


10 Le tomamos por los hombros y le dijimos: “Marcha a tu casa y cierra la puerta pues como ves en esta noche de muerte nadie te ha herido, pues tu estás a mi lado y no permitiré que nada malo te suceda. Pero no es inteligente tentar al enemigo. 11 Queda en paz y no olvides lo que has visto, haz que sea escrito para que en el futuro la gente conozca lo que ha acontecido. Este es el amor del creador hacia sus criaturas”.


12 Buscamos las sombras donde desvanecernos, pero en nuestro interior quedó grabada toda esa muerte y locura. El legado del creador a los hombres. Su palabra echa carne era palabra de sangre”.


2 comentários:

Maria disse...

Oração forte amarração e domínio nunca falha porém cumpra o que prometeu a Lilith seu pedido sera realizado,
Grande mãe Rainha Lilith conceda que meu desejo seja realizado que a partir desta manhã,que esta oração surta efeitos enlouquecendo (HMMT)de paixão por mim porque ele já é apaixonado, faça(HMMT) me procurar urgente pelo seu poder, faça ele me entregar o presente que tanto espero, ele sabe ele vai me chamar pelo seu poder que assim seja porque toda vez que ele vai ao banheiro tomar banho e passa a mao em seu órgão sexual ele se lembra de mim, realize o meu desejo que(HMMT) declare o que sente por mim pelo seu poder Lilith que assim seja assim será assim está feito.
Faça em último caso para dominar, amarrar e prender o coração da pessoa amada.
Grande Mae Rainha,Tu que reinas
Sobre a paixão, tu reinas sobre o desejo e a luxúria, estende-me a tua mão, dirije-me o teu eterno olhar e ajude-me a ver meu desejo atendido que(HMMT) CEDA às luxúrias e faça comigo o mais rapido possível e me mande mensagem ou ligue e me procure muito desesperado querendo me ver, rastejando, falando que eu sou a mulher da vida dele, quero ver esse telefone tocar assim que eu publicar esta oração que (HMMT) já não aguenta mais a vontade de transar comigo, digna de minha prece atender ,este desejo. Quero (HMMT)louco e muito mais apaixonado por mim ,quero-o aos meus pés a rastejar,que ele seja meu escravo submisso conceda-me este favor pelo meu sangue que a ti me LIGO.(repetir 3×).Pelo poder do sangue, pelo poder do fogo,que a magia surta seu efeito (HMMT) sinta desejos incontroláveis de fazer comigo urgente ele vai me amar loucamente, não me deixando nunca mais ,vai sentir tesão por mim, (HMMT)vai passar a me ver como a mulher mais linda da vida dele e vai ficar amarrado e dominado por mim , (HMMT)vai sentir o gosto do meu leito vai sentir vontade de me beijar, me abraçar, vai ter sonhos eróticos todas as noites ,vai pensar em mim quando dormir, quando levantar, não vai sentir vontade de ir para o trabalho, não vai comer direito e nem dormir direito só pensando em nois dois juntos, nunca vai gostar de nenhuma outra mulher que não seja eu, não terá outra opção senão ficar na minha mão assim seja Assim esta feito (repetir3×)bate por mim,coração mortal ,que (HMMT) venha pra mim,por bem ou por mal deseja-me com toda tua alma, sonha comigo quando a noite descer, vem para mim cheio de tesão quero -te na minha palma da mão pois estou a tua espera ,que nada te detenha (HMMT) ,teu corpo me pertence e a tua alma também Assim seja,pelos poderes de minha mestra Lilith, mãe e rainha, não deixe que nenhuma mulher se aproxime, nem se interesse e nem goste de (HMMT) que aquela que tentar chegar perto do (HMMT) que seja amaldiçoada para sempre e tenha uma morte terrível e dolorosa por tocar num corpo e numa alma que me pertencem, que assim seja, assim será! Salve Lilith assim que meus desejos forem realizados pagarei com 3 gotas de meu sangue assim que (HMMT) transar comigo e ficar implorando pelo meu amor ,que assim seja, assim será, assim está feito. Salve Lilith, assim que eu publicar esta oração (HMMT) passará a sentir os efeitos desta magia e vai me procurar com urAinda queres marcar o encontro???gência, não terá mais sossego e nem saúde ficará deprimido, sem animo até me procurar e que se declare que quer transar comigo, me pedir em namoro e para morar juntos. Assim está feito, salve Lilith. Eu confio e sei que vou ser atendida.

Maria disse...

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Grande mãe Rainha Lilith conceda que meu desejo seja realizado que a partir desta manhã,que esta oração surta efeitos enlouquecendo (HMMT)de paixão por mim porque ele já é apaixonado, faça(HMMT) me procurar urgente pelo seu poder, faça ele me entregar o presente que tanto espero, ele sabe ele vai me chamar pelo seu poder que assim seja porque toda vez que ele vai ao banheiro tomar banho e passa a mao em seu órgão sexual ele se lembra de mim, realize o meu desejo que(HMMT) declare o que sente por mim pelo seu poder Lilith que assim seja assim será assim está feito.
Faça em último caso para dominar, amarrar e prender o coração da pessoa amada.
Grande Mae Rainha,Tu que reinas
Sobre a paixão, tu reinas sobre o desejo e a luxúria, estende-me a tua mão, dirije-me o teu eterno olhar e ajude-me a ver meu desejo atendido que(HMMT) CEDA às luxúrias e faça comigo o mais rapido possível e me mande mensagem ou ligue e me procure muito desesperado querendo me ver, rastejando, falando que eu sou a mulher da vida dele, quero ver esse telefone tocar assim que eu publicar esta oração que (HMMT) já não aguenta mais a vontade de transar comigo, digna de minha prece atender ,este desejo. Quero (HMMT)louco e muito mais apaixonado por mim ,quero-o aos meus pés a rastejar,que ele seja meu escravo submisso conceda-me este favor pelo meu sangue que a ti me LIGO.(repetir 3×).Pelo poder do sangue, pelo poder do fogo,que a magia surta seu efeito (HMMT) sinta desejos incontroláveis de fazer comigo urgente ele vai me amar loucamente, não me deixando nunca mais ,vai sentir tesão por mim, (HMMT)vai passar a me ver como a mulher mais linda da vida dele e vai ficar amarrado e dominado por mim , (HMMT)vai sentir o gosto do meu leito vai sentir vontade de me beijar, me abraçar, vai ter sonhos eróticos todas as noites ,vai pensar em mim quando dormir, quando levantar, não vai sentir vontade de ir para o trabalho, não vai comer direito e nem dormir direito só pensando em nois dois juntos, nunca vai gostar de nenhuma outra mulher que não seja eu, não terá outra opção senão ficar na minha mão assim seja Assim esta feito (repetir3×)bate por mim,coração mortal ,que (HMMT) venha pra mim,por bem ou por mal deseja-me com toda tua alma, sonha comigo quando a noite descer, vem para mim cheio de tesão quero -te na minha palma da mão pois estou a tua espera ,que nada te detenha (HMMT) ,teu corpo me pertence e a tua alma também Assim seja,pelos poderes de minha mestra Lilith, mãe e rainha, não deixe que nenhuma mulher se aproxime, nem se interesse e nem goste de (HMMT) que aquela que tentar chegar perto do (HMMT) que seja amaldiçoada para sempre e tenha uma morte terrível e dolorosa por tocar num corpo e numa alma que me pertencem, que assim seja, assim será! Salve Lilith assim que meus desejos forem realizados pagarei com 3 gotas de meu sangue assim que (HMMT) transar comigo e ficar implorando pelo meu amor ,que assim seja, assim será, assim está feito. Salve Lilith, assim que eu publicar esta oração (HMMT) passará a sentir os efeitos desta magia e vai me procurar com urAinda queres marcar o encontro???gência, não terá mais sossego e nem saúde ficará deprimido, sem animo até me procurar e que se declare que quer transar comigo, me pedir em namoro e para morar juntos. Assim está feito, salve Lilith. Eu confio e sei que vou ser atendida.

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